La creencia en la que se basó la idea de que las redes inalámbricas eran menos seguras que la cableadas, fue el hecho de que las primeras cuentan con un medio físico al que se limita el tránsito de datos a diferencia de una red inalámbrica en la que por decirlo de alguna manera la información se encuentra viajando por el aire, supuestamente susceptible a ser interceptada.
Cambiar la contraseña de fábrica: puede resultar relativamente sencillo que un hacker localice la contraseña predeterminada del fabricante de nuestro router, por ello el primer paso a seguir una vez que tengamos instalada la red es cambiarla, pero no basta con poner cualquiera, sino que la nueva contraseña debe ser una serie compleja de números, letras mayúsculas y minúsculas e incluso símbolos, además de cambiarla de forma constante.
Usar cifrado de datos: siempre que sea posible es de vital importancia activar el cifrado de datos en la configuración de conexiones de la red, dando preferencia a cifrados WPA 3 ya que utiliza claves más complejas que otros.
Utilizar antimalware: contar con un software de este tipo en todos nuestros dispositivos nos permite evitar que cualquier tipo de programa malicioso pueda afectar nuestra red.
Habilitar la autenticación en dos pasos: si es posible es importante habilitar esta característica pues nos ofrece una capa adicional de seguridad, por un lado un usuario y contraseña y por otro un código generado por alguna aplicación de autenticación, lo que dificulta que alguien se conecte sin autorización a la red.
Deshabilitar la transmisión SSID: el SSID es el nombre público que tiene una red local, por lo que al transmitirlo estamos informando a cualquier persona que esté cerca sobre la existencia de nuestra red y que se encuentra dentro de su alcance.
Filtrar las direcciones MAC: una dirección MAC es un identificador único con el que cuenta cada dispositivo que conectamos a nuestra red, por lo que si sólo permitimos que ciertas direcciones MAC puedan conectarse nos ayudará a evitar accesos no autorizados.
Utilizar una VPN: las VPN son herramientas que se encargan de cifrar el tráfico entre un dispositivo y el servidor, lo que dificulta que alguien pueda llegar a espiar dichos datos, contar con un proveedor confiable de VPN no solo nos ayudará en redes domésticas sino también al utilizar Wifi público el cual suele ser menos seguro.
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